La separación utilizó el hot staging, que consiste en encender los propulsores de la segunda etapa antes de su separación física real de la primera. Se trata de una modificación bastante importante del diseño del lanzador de SpaceX, y su primera prueba resultó concluyente (tras 2 minutos y 45 segundos de vuelo a 71 km de altitud y a 5.620 km/h, según lo previsto).
Por el contrario, la primera etapa del Super Heavy sólo sobrevivió a esta etapa altamente dinámica durante 35 segundos, explotando tras iniciar su procedimiento «boostback», una fase propulsiva durante la cual regresa a la plataforma de lanzamiento. Esta vez, sin embargo, los equipos no pretendían ese regreso, sino un aterrizaje acuático en el Golfo de México, frente a las costas de Texas. El análisis de los datos revelará si la pérdida del Super Heavy se debió o no a la activación del sistema de autodestrucción (diseñado para evitar que la etapa siguiera una trayectoria incorrecta que pusiera en peligro a las personas).